Diario de una fisio embarazada: Primer trimestre
- Post AuthorPor Dinámica Fisioterapia
- Post Date2/17/2021
Por fin llega el día en que hacemos un test de embarazo y ¡sorpresa! Es positivo. En este caso, empezaré esta entrada felicitándote y deseando que todo te vaya muy bien de aquí en adelante.
En este momento seguramente sentirás un montón de cosas diferentes: alegría, emoción, nervios, preocupación…
Aquí se inicia lo que yo llamo “el primer trimestre de embarazo consciente” (consciente porque luego te dirán que llevas más tiempo a vistas de los médicos, para poder contabilizar la fecha prevista del parto). En las primeras consultas, estarás repitiendo constantemente la fecha de tu última regla, e incluso es probable que te digan que, aunque sepas perfectamente qué día te bajó tu última regla, ellos van a tomar de referencia otro día. Esto es lo que posteriormente aparecerá en tus informes como FUR.
Este es, sin duda, el trimestre con más cambios y también el más temido (debido a que en este tiempo es cuando más frecuentes son los abortos espontáneos). De hecho, muchas mujeres deciden no compartir la noticia de su embarazo hasta pasado este trimestre, hacia la semana 12, cuando se hace la primera ecografía obligatoria y donde se valora que todo vaya bien (pero de esto hablaremos en un momento).
Personalmente, yo le tenía mucho respeto a este trimestre. En la clínica escucho con mucha frecuencia historias de abortos en las primeras semanas del embarazo (créeme cuando te digo que es mucho más frecuente de lo que realmente se dice, solo que muchas veces es algo de lo que no se habla y no se comparte, aunque creo que esto es un error). Admito que esto me hizo ser un poco reticente al principio y no respiré tranquila hasta la ecografía de las 12 semanas.
Pero casi sin que te des cuenta llega esa primera fecha importante: la semana 12. Puede que hayas tenido ya esos primeros síntomas de embarazo (náuseas, vómitos) o puede que te pase como a mi, que lo único que te dice que estás embarazada realmente es el test y la ausencia de tu menstruación. ¡Ojo! No me quejo en absoluto de no haber tenido esos molestos síntomas, pero sí que pasan los días y te preguntas si todo seguirá adelante y está bien, porque realmente no notas nada (¿has tenido esa misma sensación?).
Otro síntoma muy común en esta etapa es el cansancio. Te duermes casi en cualquier lado y parece que lo único que haces es comer y dormir (al menos era la sensación que yo tenía). Esto es totalmente normal, ten en cuenta que tu cuerpo está trabajando a todo lo que da para albergar vida en su interior. En esta fase aún será tu cuerpo el que le proporciona alimento a ese nuevo ser y no la placenta, por lo que te recomiendo que intentes escuchar a tu cuerpo y le hagas caso en lo que te pida (¡sin pasarse con los bollos eh!), si necesitas echar siestas hazlo cuando puedas o intenta irte un poco antes para la cama. También es un buen momento para que empieces a alimentarte mejor y a beber más agua si crees que no es suficiente lo que bebes ahora.
Para mí, el inconveniente de este trimestre es que muchas veces no queremos que los demás sepan ya que estamos embarazadas, intentamos hacer vida normal como si no pasara nada en nuestro interior y creemos que, como estamos de muy poco, tenemos que llegar a todo como se espera que hagamos normalmente. Es un buen momento para que te apoyes en tu pareja (a lo mejor el único que sabe la noticia por el momento) y que te eche una mano en lo que necesites.
Antes de la ecografía de las 12 semanas te harán una analítica de sangre y orina, donde recogerán un montón de datos que, junto con los obtenidos en la ecografía, permite saber ciertas cosas importantes: en primer lugar si la mamá se encuentra en un buen estado de salud, también miran si hay alguna enfermedad que se pueda transmitir al bebé, valoran el riesgo de preeclampsia y el riesgo de que el bebé tenga alguna de las alteraciones cromosómicas más habituales (Síndrome de Down o de Edwars). Obviamente esto es una probabilidad, no un diagnóstico definitivo.
Hay mujeres que eligen hacerse a mayores un test genético prenatal, donde miran con más detalle posibles alteraciones cromosómicas y si realmente el bebé lo tiene o no. Esto no lo cubre ningún seguro privado ni la seguridad social, así que si quieres hacerlo tendrás que pagarlo (ya adelanto que no son precisamente baratos). Pero todo depende de la seguridad que quiera tener cada uno.
En mi caso como el riesgo me salía muy bajo, opté por no hacer ningún test a mayores.
Volviendo a la ecografía, he de confesarte que yo iba nerviosa (y mi pareja aún más). Supongo que el hecho de saber que él no me podía acompañar por todo esto del COVID tampoco ayudaba.
Por mucho que te expliquen lo que vas a vivir en ese momento, o lo vives o no te haces a la idea. Quiero decir que es algo para lo que no te puedes preparar. Escuchar el latido del corazón por primera vez o verlo moverse es algo increíble, es cuando realmente te das cuenta de que está creciendo una personita dentro de ti y por fin caes en la cuenta: ¡Estás creando vida!
Sales de allí como en una nube, con un montón de información que tu cerebro no es capaz de asimilar tan rápido que te la dicen, pero a ti te da igual porque por fin has podido ver a tu bebé, aunque no tengas muy claro qué era la cabeza y qué los pies.
Os contaré que en mi caso ya me dijeron el sexo del bebé (aunque insistieron en que habría que comprobarlo en la ecografía de la semana 20) y me lo dijeron sin haberme preguntado siquiera si estaba dispuesta a saberlo o prefería que fuera sorpresa. Como mi marido no podía entrar en ninguna revisión, yo había pensado en pedir que me lo escribieran para luego mirarlo juntos al mismo tiempo. Sin embargo, no pensé que me lo fueran a decir tan pronto, así que las palabras de la obstetra hablando con su compañera “mira, aquí tenemos a otro niño” me pillaron un poco de imprevisto. Ni siquiera me las dijo a mi directamente, así que tuve que preguntar: “¿has dicho que es un niño?
En fin, que esto del COVID está haciendo que se pierda un poco esa parte de humanización del embarazo y de poder compartirlo con tu pareja, pero si queréis podemos abrir debate respecto a este tema, ¡que da para mucho!
Y así, casi sin que te des cuenta, se habrá pasado el primer trimestre de embarazo. La buena noticia es que el segundo trimestre suele ser el mejor y, si has tenido los molestos síntomas del inicio, seguramente irán mejorando poco a poco.
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Ahora sólo me queda preguntar: ¿Tú cómo has vivido el primer trimestre? Me encantaría leer vuestras experiencias.
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